Fdo. Susana Barrena

El 2020 ha sido sin duda alguna un año de enseñanzas, un año donde muchas cosas nunca antes vistas han ocurrido por primera vez, donde lo que parecía un virus regional terminó por convertirse en una pandemia. ¿Qué impacto ha tenido este año en los negocios?

La respuesta es muy variada y tonalidades muy distintas. Mientras que para sectores como el turismo (aerolíneas, hoteles, etc.) ha sido uno de sus peores años y ha puesto a múltiples empresas al borde de la quiebra, para otros sectores este ha sido el mejor año de sus vidas y ha puesto a cientos de empresas tecnológicas en un modo de hiper crecimiento nunca antes visto.

Las realidades contrastantes han sido un común denominador y para ello basta ver a Airbnb, que en mayo despedía al 25% de su plantilla, y que hace unos días tuvieron una espectacular salida a bolsa, doblando su precio de salida. Con esto se unen a la ola de crecimiento estratosférico que ha caracterizado al NASDAQ en los últimos meses, que ha alcanzado máximos históricos y que casi ha duplicado su valor desde los mínimos de marzo. Debatible si dicho crecimiento esta fundamentado o no, pero cuando vemos a empresas tecnológicas como Zoom, Amazon y otras que han crecido de forma espectacular, podemos entender cual es motor de dicho crecimiento, la tecnología.

Dichas empresas no surgieron ayer y el éxito que cosechan hoy viene dado por las decisiones de ayer. Claro ejemplo es el de Zoom, compañía que se mantenía como una opción fiable, sencilla y con una capa gratuita suficiente para la mayoría de las personas. Sus principales competidores eran Hangouts/Meet, un producto que Google había tenido en el olvido por muchos años, Skype, que desde su compra por Microsoft no ha podido recuperar el brillo de antaño y por supuesto, las opciones de Facebook y Whatsapp que no se vislumbraban como una alternativa en el sector profesional. Entonces cuando la demanda explota, el competidor mejor posicionado toma una ventaja, que si es bien aprovechada puede marcar una tendencia muy difícil de revertir. Por supuesto que Zoom se enfrentó a todos los problemas que el hiper crecimiento trae consigo, pero han sabido seguir evolucionando a la velocidad que el mercado lo demanda.

En el otro lado de la historia podemos ver a las aerolíneas, aquellas que mantenían pasivos altos y en monedas extranjeras, han quedado contra la lona y pidiendo la hora, esperando por un rescate. Historia muy distinta de aquellas que mantenían un nivel de apalancamiento más saludable, al final de la pandemia podrían salir más fuertes que nunca y listas para comerse un mercado con mayor demanda y menor oferta.

Dichos éxitos o fracasos no son producto de una decisión tomada ayer, incluso ni siquiera durante este año. Son producto del esfuerzo y trabajo constante de muchos años atrás. Entonces es claro, que el resultado de la carrera de mañana será el resultado del entrenamiento que comenzó uno o más años atrás. Por eso te hago una invitación a la reflexión con dos preguntas, ¿Qué lecciones te has llevado de esta pandemia? y ¿Cómo estas cimentando las bases para tu éxito de mañana?

Te deseo muy feliz año, lleno de alegrías, éxitos y aprendizajes.