Desde pequeños somos educados para buscar la aprobación: de nuestros padres, maestros, compañeros, etc.

Rechazamos la idea de recibir críticas, hacemos pares con personas que nos aprueban y aprobamos y todo aquel que ose hacernos alguna afirmación “negativa” se convierte inmediatamente en nuestro enemigo. Porque los amigos están para apoyarnos tal cual y como somos ¿o no?

La realidad es que la critica es un regalo y uno muy grande. Pero cuidado que no toda la critica es igual, por ejemplo, critica del estilo: “siempre haces las cosas mal” en realidad no aporta nada, ya que es general y no nos ayuda para mejorar.

Aunque la critica pueda ser dolorosa, si esta es especifica y bien intencionada es sin duda uno de los mayores regalos que nos pueden dar, ya que nos ayudara a crecer. Por ejemplo: “el trabajo X no presento la calidad adecuada porque la idea principal no cumplió con los siguientes puntos establecidos…” ¿Qué notas del ejemplo anterior? En primer lugar, se está siendo especifico hacia una situación particular, la critica es sobre un trabajo/ejecución no hacia a la persona, además de que se provee información de cómo mejorar.

Aprender a dar y recibir criticas constructivas o feedback, es una habilidad que toma tiempo, practica y coraje desarrollar. Puedes comenzar probando la estructura anteriormente propuesta, teniendo el valor de darla y recibirla, desde el amor y no desde el enojo y el rencor. Por último, si buscas llevar esta habilidad al siguiente nivel lo mejor que puedes hacer es buscar un taller impartido por un experto en la materia.

Fdo. Susana Barrena

 

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Un saludo,

Susana Barrena Echevarria