Por SUSANA BARRENA -Socia Fundadora Áurea

Las protestas callejeras en contra del racismo no son ajenas en nuestra vida. Inclusive, este movimiento debe evolucionar de la calle a la empresa a través de un liderazgo de inclusión y equidad.

Lo que es distinto a nosotros suele causarnos miedo, es un instinto evolutivo de supervivencia. Históricamente este instinto nos ha ayudado a mantenernos seguros, pero ¿mantenernos en terreno seguro es lo mejor para las empresas en tiempos tan cambiantes como los nuestros?

La respuesta es no. Y no hay que ir muy lejos para ver un claro ejemplo de cómo esto acaba con compañías. Todos conocemos la historia de cómo Blockbuster rechazo a Netflix o Google a Yahoo. Nos sorprende como no pudieron ver lo que tenían enfrente de ellos y más aún el que en empresas tan grandes nadie con una voz de importancia haya visto algo distinto.

Esto que en cuestiones empresariales nos parece muy extraño, no es más que un reflejo de nuestra naturaleza humana de emparejarnos con nuestros pares, es decir, es muy probable que el director general se rodee de personas afines en pensamientos y gustos, lo cual ante la disrupción provoca que todos tengan la misma línea de pensamiento.

Es por eso que la diversidad nutre, a nadie le gusta discutir o que lo contradigan en sus decisiones, pero si fomentamos la discusión y el análisis en nuestros equipos es muy probable que la próxima vez que tengamos al siguiente Netflix ante nuestros ojos no lo dejemos pasar.

El conocer otros puntos de vista, ideologías o culturas puede causarnos un gran choque, pero si somos capaces de sobrepasar el rechazo inicial y comenzamos a observar con ojos analíticos y empáticos más que críticos lograremos transformarnos. Solo debemos recordar que hace 500 años todos “sabíamos” que la tierra era plana.