Respeto a nuestras diferencias ideológicas

Por Susana Barrena,Socia Fundarora.

Mientras leía dos artículos de El País, uno referente a las declaraciones del Papa en torno a que apoya las uniones civiles entre personas del mismo sexo y otro alusivo a Petra De Sutter, ministra belga, que se convirtió en la primera persona transgénero en ocupar dicho cargo en la UE. Me puse a reflexionar acerca de las creencias…

Las creencias, ese conjunto de ideas o principios que una persona asume como verdaderos, son muy poderosas y se ven reflejadas en las acciones y forma de vida de su propietario.

Desde tiempos ancestrales el ser humano ha buscado establecer vínculos con aquellos con

ideologías similares, en tiempos recientes con las redes sociales y sus algoritmos, esta burbuja de afinidad se ha expandido, dado que ahora el abstraernos de todo aquel contenido que presente oposición a nuestras creencias está a solo un clic de distancia.

A medida que esta híper personalización aumenta, nuestro consumo de contenido e

interacciones sociales se ven cada vez más limitadas a temas o personas con ideas similares a las nuestras. Lo que refuerza el sentir de que dichos conceptos son verdaderos.

Lo cual nos puede llevar a experimentar la alegoría de la caverna de Platón, pero no como el individuo que sale de la cueva, sino como uno de aquellos que permanecen en ella.

Pero ¿por qué? Muy sencillo, por naturaleza lo desconocido, lo diferente, nos causa miedo, porque no podemos darle explicación y nuestro cerebro busca certezas. Cuando vemos algo que pone en duda nuestras más arraigadas creencias, eso que “sabemos” es verdadero, nuestra primera reacción viene del cerebro reptiliano y es interpretarlo como una amenaza, por lo que entramos en cierto modo de supervivencia, si logramos pasar este primer impulso podremos ver reacciones producidas por nuestro cerebro límbico, empezaremos a asociar emociones con este hecho y si dichas emociones son negativas, evitaremos repetir esa acción, por lo que llegar al último de nuestros cerebros, la neo-corteza: sede de la racionalidad, es todo un hito y requiere un esfuerzo consciente.

Y ¿Qué tiene que ver todo lo anterior con las declaraciones del Papa y de la ministra belga? Que a pesar de que haya ideas que reten a nuestras creencias, y que parezcan contradictorias, el primer paso es brindarles respeto, por ejemplo el Papa no habla de matrimonios por la iglesia para personas del mismo sexo, pero si de brindarles certezas en el ámbito jurídico, entonces aunque no reta totalmente esa aparte de la ideología católica, si ha logrado acuñar cierta comprensión, entendiéndolo desde un principio rector de la misma ideología católica: todos somos hijos de Dios.

Por otra parte, que la noticia de la ministra belga haya causado más revuelo en el exterior que en su propio país, es revelador en cuanto a que ideas y conceptos se han vuelto ya normales para el colectivo de ese país.

Por lo tanto si queremos seguir progresando como sociedad, necesitamos prestar respeto a ideas que reten a nuestras creencias, y para ello tenemos que ser capaces de no asumir como amenazas dichas ideas, por lo cual debemos sentirnos cómodos con conceptos que nos sean ajenos y para ello un primer paso es retar a la burbuja de personalización, buscando conceptos opuestos a los que somos afines, sabiendo que podemos no coincidir con ellos, pero siendo lo suficientemente racionales para escucharlos con respeto. Al final del día este acto brindará más luz a nuestra vista y nuestra visión del mundo se verá enriquecida. Porque recuerda, hace 500 años todos sabíamos que la tierra era el centro del universo.